La Naranja Mecánica

Quiero hablaros de, para mi, una de las mejores películas de la historia del cine. Altos grados de violencia con vistosas connotaciones sexuales al más puro estilo Stanley Kubrick, forman La Naranja Mecánica. 

Una película que nos enseña a naranjaok
apreciar la esencia de cada persona por muy cruel que sea y que nos demuestra que cambiar en totalidad la personalidad de un individuo es similar a un asesinato, pues si pierdes tu esencia, tu personalidmv5bmty3mjm1mzc4n15bml5banbnxkftztgwodm0nzaxmde-_v1_uy1200_cr9006301200_al_ad, tu forma de ser, ya no eres tú mismo.

Ya casi habiendo llegado al final de esta obra de arte audiovisual, vemos como ahora que Alex DeLarge (protagonista de esta historia), al haberse, o haberlo, convertido en buena persona es cuando los que en el pasado fueron sus víctimas, ahora aprovechan para tomar vengaza… ¡Que hipocresia!

Para concluir, me quedo con una frase de la película que dice: «Dios prefiere al hombre que elige hacer el mal, antes que al hombre que le han obligado a hacer el bien».

Cita célebre (Nº13)

Hoy, en esta entrega enumerada con el «número de la mala suerte», veremos una cita de un novelista galardonado con el Nobel de Literatura y famoso por novelas como: Cien años de soledad gabriel-garcia-marquez-caricaturaEl amor en los tiempos del cólera. Hablo, sin duda, de Gabriel García Márquez, al que hoy haremos homenaje recordando unas palabras suyas sobre los aires de superioridad y el comportamiento chulesco de algunos; y recordándonos que nadie es mejor a nadie.

«Un hombre solo tiene derecho a mirar a otro hacia abajo, cuando ha de ayudarle a levantarse».

 

Cita célebre (Nº12)

Hoy, veremos una famosa cita de una de las más grandes y conocidas trilogías del cine que no solo ha marcacd085c179dc095417a98da97e91171cddo una época, si no que ha servido de culto para muchas otras películas. Hablo de mi saga favorita: Regreso al Futuro, concretamente la tercera entrega, en la que el Dr. Emmet Brown comprende que el futuro es imprevisible y, por tanto, hay que estar preparado para cuando se decida a venir. Y que más nos vale hacer un esfuerzo hoy, porque puede ser una victoria mañana.

«El futuro no está escrito aún, el de nadie, el futuro es lo que hagamos de él. Así que lábremosnos un buen futuro».

La patria mía.

Vengo a hablar de la patria mía

no hablo de tu cuerpo, de tus pezones tiesos

ni de tus caderas, tus bajos tercios

hablo de mis noches solas, de garantía.

 

Mi tierra no sufre de banderas

no entiende de clérigos, de ruegos

de trámites, de odios, de himnos

de bandidos gobernantes ni fronteras.

 

Mi estirpe imprudente talla,

pronuncia la sombra de la risa

que anda y se escapa de tu boca.

 

En un acto de rebeldía insumisa

estalla, explota en tinta;

mi amada y cuenca poesía.

Review House of Cards


A menudo cuando encendía la tele y me encontraba casualmente frente a un discurso o debate político sentía indiferencia ante aquellos con los cuales discrepaba, y cierto aprecio por quienes creía que apuntaban en la misma dirección que yo.  Sin embargo House of cards trae consigo una realidad política tan depredadora e individualista que ha conseguido generar en mi un sentimiento de total desconfianza en la clase parlamentaria, (como si la abrumadora corrupción en España no fuera necesaria…).

House of cards es una serie iniciada en 2013, producida por el estudio independiente Media Rights Capital,  basada en las novelas de Michael Dobbs y distribuida por Netflix.

Esta narra la carrera política de Frank Underwood un congresista de EE.UU., interpretado sublimemente por Kevin Spacey  y que no duda en extorsionar, cautivar o amedrentar, llegando incluso a asesinar con el fin de obtener un beneficio personal de cada uno de los procesos que se suceden en esta trama. Cabe destacar la simbiótica relación que mantiene con su esposa y que se desarrolla para manifestarse en toda su plenitud a lo largo de la temporada. En Claire (su esposa) destaca su aire moderno, vanguardista y aristócrata, perfectamente adecuado a la posición social y carácter cínico, austero y autoritario de su marido. Otros personajes fundamentales en la trama de la primera temporada son la periodista Zoe Barnes y el congresista Peter Russo, los cuales serán un arma de doble filo en las manos de Francis.

Parece que a Kevin Spacey le sienta como anillo al dedo el papel en esta serie, esa máscara artificial que no duda en retirarse para ¨explicarle¨ al espectador el rumbo de la situación. Menciono explicar entre comillas porque realmente esclarece nada con esos pequeños momentos en los que rompe con la cuarta pared. Se busca a través de este recurso darle una complejidad a la trama que realmente no existe, una confusión con la que consigue desorientar al espectador lo suficiente como para llevarlo por el sendero de la credibilidad.

Sin embargo, en su favor, con este recurso consiguen hacer más amenos y cómicos los encontronazos con otros personajes reafirmando la autoridad de Frank.

Otro aspecto destacable es que, la serie consigue ponernos del bando de Francis aunque muchas de sus acciones vayan en contra del sentido común y de la ética. 

En cuanto a Robin Wright (Claire Underwood) no sabría discernir con claridad si Kevin esta a su altura, de todos modos realiza una muy buena actuación sustentada por la clara definición de su personaje. A pesar de no resonar tanto como su marido en la serie, realiza una interpretación regular en calidad.

Volviendo a otros aspectos, House of Cards se nos presenta desde la secuencia de apertura como una serie sin alma; las secuencias de time-lapse dan una sensación de vida cosmopolita, burocratizada y altamente individual que beneficia su ambiente, que da tiempo suficiente antes de cada capítulo para que te sumergas en las tensiones del mundo de la política. 

Aunque House of Cards no brille realmente por aquello de lo que presume es una serie altamente recomendable para aquellos amantes de las tramas enrevesadas con vuelcos inesperados, que no arrojan la historia a la cara del espectador, que busca la discreción necesaria para causar confusión e incertidumbre.

Cita célebre (Nº11)

En esta nueva entrega, la undécima concretamente, conoceremos una cita de un famoso y destacado escritor inglés; de las que, entre sus muchas obras, destaca Oliver Twist. Sí, hablo de Charles John Huffam Dickens.

tumblr_nt01zgHTe51uvax4bo1_540En este cita, Dickens expresa como nuestros errores pueden convertirse en aciertos y que, aunque al principio no lo veamos y nos ciegue la rabia e incertidumbre de haber errado, siempre puede haber una lección detrás.

«Cada fracaso enseña al hombre algo que necesitaba aprender».

 

Refracción imperfecta (Espejo Capítulo 2)

Antes de empezar con el »capítulo» he de decir que estoy realmente sorprendido por la cantidad de gente a la que le gustó la parte anterior, muchas gracias, me disteis muchas ganas de seguir escribiendo, he estado un poco liado y todavía lo estoy, pero bueno, he intentado hacerlo lo antes posible, espero que os guste.

Te noto inquieta, Her-ma-ni-ta — Dijo con un tono entre siniestro y cansado.

Toda la tensión y el miedo se disiparon en el momento en que oí su voz, respiré hondo, me incorporé y respondí bastante molesta:

No sé cómo se te ocurren estas tonterías, no aparezcas así de la nada, que un día me vas a dar algo.

He venido lo antes que he podido, ¿sabes?, cuando te vi ayer parecías estar pasándolo bastante mal, ¿qué mejor que una bromita para entrar en escena?

No tiene gracia, no seas tan infantil.

Venga ya, tenemos el mismo estúpido sentido del humor, no te preocupes, no he venido aquí a joderte el sueño —Se acercó a la cama y me abrazó suave pero firmemente, me miró con una mirada tranquilizadora, sonrió y dijo —Estoy aquí, dispuesta a escuchar tus tonterías.

A pesar de lo molesta que estaba con ella por su comportamiento, sería mentir decir que no estaba deseando verla y hablar con ella, siempre encontraba la manera de hacer que me recuperara, de hacer que olvidara mis problemas por el rato que podíamos estar en contacto, así que sonreí tímidamente y empecé a hablar…

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Nunca pensé que estas historias realmente pasaran, y mucho menos que algún día me pasarían a mi, llegó un día de la nada, de una manera tan estúpida que sólo a ella se le podría ocurrir, yo apenas tendría  9 o 10 años, no me acuerdo, estaba en mi habitación tumbada en mi cama, entró por la puerta, andando, y con una bocanada de determinación y una mirada temblorosa dijo:

Hola…

No sé si fue el impacto que me dio su sola presencia, o su muy particular aspecto físico, me dio un buen susto, estaba confusa y grité instintivamente, cosa de la que me arrepentí en el instante en que la miré, en que nuestros ojos conectaron un par de segundos, momentos antes de que su mirada se apagara, se desconectara de la mía y se perdiera en el suelo, estaba asustada. No tardé en recibir una respuesta:

¡¿Estás bien, cariño?!

¡¿¡Qué pasa!?!

Gritaron mis padres, la chica me miró aterrorizada y me dijo en voz baja:

P-por favor, tengo que hablar contigo, no les digas que estoy aquí, por favor, por favor…

No sé qué me hizo confiar en ella, no parecía tener malas intenciones, quizás me dio pena verla al borde de las lágrimas, pero aunque creía tener la mano dominante, en realidad era ella la que me había envuelto en su juego, no sabía quién era ni porque estaba allí pero alguien no se cuela en una casa para decir »Hola», aparte estaba el tema del físico, no podía ser casualidad, éramos demasiado parecidas para que fuera casualidad, la miré y asentí seriamente, le señalé la base de mi cama y le indiqué que se metiera debajo, tardé unos minutos en explicarle a mis padres que había sido una pesadilla, hasta que al final conseguí que se marcharan, cerré la puerta con la excusa de que me molestaba el sonido de la televisión, ella se levantó todavía inquieta, nuestros ojos conectaron otra vez y así estuvieron durante un tiempo que pareció eterno, sin decir nada, analizándonos con suma curiosidad, éramos cómo dos gotas de agua, noté en sus piernas algunos rasguños a medio curar y también un par de pequeñas marcas de golpes en su mano derecha, ella rompió el silencio mucho antes de que pudiera acabar de imaginar acerca de su situación.

Hola, te sigo desde hace años, estoy bastante segura de que somos hermanas.

Era lo que me llevaba rondando la mente desde el momento en que la ví, y a la vez que me respondió esa pregunta, me generó mil más.

¿Cómo que me sigues?

Cada vez que te miras al espejo yo estoy al otro lado, y cre… pensé que era importante hablar contigo aunque sólo fuera una vez dijo con una mirada triste mientras ignoraba mis anteriores preguntas, cómo si recitara un parrafo aprendido de memoria creo que no tengo mucho tiempo…

No lo entiendo… ¿Por qué no tienes mucho tiempo?

Hay más gente al otro lado del espejo, me han dicho que no podía permanecer aquí demasiado tiempo o sino…

Apenas alcanzaba a comprender el enorme universo en el que apenas acababa de meter la punta de la nariz, de hecho apenas podía entender las mismas palabras que me estaba diciendo, la miré con una cara de incredulidad y respondí con la más ignorante pregunta que ahora me doy cuenta que podría haber dicho.

¿¡Hay personas en el espejo!?, Yo nunca he visto a nadie.

No funciona así, el espejo de tu baño es uno, pero hay otros.

¿Y cómo has podido pasar?

Llevaba mucho tiempo queriendo conocerte, así que…la mueca de sonrisa contenida que mantenía desde hace un rato se difuminó hasta desaparecer … b-bueno, he estado recogiendo información para saber cómo venir, son una serie de pasos a seguir antes de poder traspasar el cristal.

Ahhh… ¿Y cuando yo no estoy en el espejo qué haces?

P-pues sólo soy tu reflejo cuando estás en el espejo, el resto del tiempo no estoy allí.

En ese momento creía haber entendido a grandes rasgos lo que decía, pensaba conocer su situación, aunque extraña y no muy bien explicada, pensaba haber captado las bases de su mundo, poco de correcto había en las ideas de mi cabeza, aunque eso no cambió para nada nuestra situación, después de eso nos volvimos a mirar durante unos segundos…

Ohh… M-me tengo que ir ya… ha sido un placer conocerte Dijo con una voz apagada a la vez que empezó a moverse buscando la puerta.

¡Vuelve pronto! Le dije con la voz lo más cordial que salió de mi boca.

Se paró un instante y giró un poco la cabeza, cómo mirándome de reojo, parecía más contenta que antes.

¡S-si, lo haré¡

Salió de mi habitación tranquilamente, no fui a despedirla al espejo, ni ese día ni nunca, más adelante me dijo que no funcionaría si yo estaba delante, y desde entonces nos empezamos a ver cada cierto tiempo, a veces cada pocos días y a veces cada mes, cuantas más veces venía más tiempo se podía quedar según me dijo, cosa que me encantaba, cómo si se fuera adaptando o fuera una especie de entrenamiento,  antes de acostarme ese día fui a la habitación de mi otra hermana y le pregunté acerca de mi gemela, me costó un buen rato hacer que hablara, cuando lo hizo me dijo:

No sé quién te lo ha dicho, Papá y Mamá han movido cielo y tierra para que no te enterases, tenías una hermana gemela, nuestros padres… bueno… sus ojos empezaron a humedecerse No pudieron… Dejó de hablar y me echó de su habitación, quizás porque no quería herir mi sensibilidad, o para que no la viera llorar, pero cómo tanto yo me imaginé en ese momento cómo tú lo estás haciendo ahora, sí, mi hermana murió, a penas nacer.

Pensamientos y reflexiones

Subjetivas son las ganas de vivir si el amor no es correspondido. Me siento andando sólo por un desierto de incertidumbres, buscando el rescate de una declaración de amor que nunca llegará. Me doy cuenta de que solo somos animales deambulantes que ansían sin espera un momento más, del que solo quedará una anécdota. Y yo me pregunto, reflexivo en mi desgracia: ¿Qué será de mis pasos? ¿Quien sabrá que estuve allí? O, ¿quien sabrá, siquiera, que fue del rastro de ellos?

Como un gancho imprevisible, el amor te golpea sin esquive posible. Rellena tus pensamientos y anula tu atención a lo verdadero primordial. Pero en la noche de tu ser, hay un amanecer eufórico, y es cuando ella te mira, con esos ojos que parecen tener la respuesta al significado del vivir; crees haber alcanzado la gloria, hasta el momento en el que ella te sonríe y comprendes que no hay gloria posible sin esos perfectos labios que ahora marcan un semicírculo.

Espejo

Bueno, empezé a escribir una pequeña historia hace unos cuatro años, y quería hacer un pequeño »Remake», así que aquí está una primera parte, no sé cuanto durará aunque no creo que supere los cinco capítulos, dicho esto, las líneas de dialogo de los personajes tienen color para diferenciarlos, creo que evitará confusiones y que ahorará explicaciones innecesarias.

Lo recuerdo distante y borroso, fundido tras una densa niebla, quizás solamente es que no quiero atormentarme más con mi estupidez.

Sé que empezó un día de enero completamente corriente para ojos de todo el mundo, para los míos sin embargo era el peor día que había tenido nunca, con lo que ahora diría que son tonterías como suspender un examen o perder el autobús de vuelta a casa, pero en ese momento estaba histérica, parecía que el destino se estuviera burlando de mi a cada paso que diera, y con cada nuevo embate mi cabeza se revolvía un poco más, durante el camino a casa no puede evitar que toda clase de pensamientos tristes ocuparan mi mente, era un camino poco transitado y seguramente nadie podría verme, pero aun así intenté con todas mis fuerzas no romper a llorar, llegué tarde y con la única intención de encerrarme en mi habitación, acostarme y tratar de poner un poco de paz en mi cabeza, abrí la puerta de mi casa, donde mi hermana me estaba esperando.

Hoy llegas bastante tarde, ¿Qué te ha pasado esta vez?

Déjame en paz.

Pareces enfadada, pero mentiría si te dijera que me importa —Dijo mi hermana con un tono irónico, sabía que si le importaba, pero estaba muy cansada para sus juegos.

Vete a la mierda.

Después de ti, que con la cara que llevas parece que te vas a tirar por el balcón.

Mi hermana era un par de años mayor y estaba al mando durante el día, nuestros padres trabajaban lejos y tardaban bastante en llegar a casa, no me habría importado contarle la porquería de día que había tenido, nos llevábamos bien a pesar de lo que pudiera parecer en esa conversación, pero como ya os he contado antes, no estaba muy de humor en ese momento.

Fui al baño a lavarme la cara, conforme mojaba mis manos me veía reflejada en el espejo, mi hermana tenía razón, mi cara era una perfecta representación del día que había tenido, esperaba que esto cambiara después del efecto del agua, aunque no me importaba mucho, una vez aclarada el agua no pude evitar mirar de nuevo al espejo, a mi otra yo, la miré fijamente en sus ojos cristalinos y noté como su mirada se resquebrajaba, la vi empezar a llorar, oí su respiración acelerada y acabé su lamento  rápidamente con un fuerte golpe en el espejo, que perfectamente podría haberlo roto.

¡Tranquilízate antes de que hagas cualquier tontería, ¿me oyes?! —Gritó mi hermana, más preocupada que enfadada por como sonó aquel grito.

Voy a acostarme, no me molestéis y no te preocupes.

Para mi sorpresa pude acostarme sin oír ninguna queja acerca de mi comportamiento, ni siquiera cuando mis padres llegaron parecieron querer interrumpir mi sueño, sabía que tardaría bastante en dormirme, así que me tumbé mirando hacia el techo e intenté aclarar mi mente y olvidar lo que había pasado, no había sido un buen día, pero quería recomponerme para poder empezar con buen pie el día siguiente, estuve dándole vueltas  a mi cabeza hasta que me quedé dormida.

Me desperté a mitad de la noche y empecé a dar vueltas sobre la cama, no me sentía nada cómoda, miré a mi reloj de mesa con un el rabillo del ojo, eran poco más de las 5 de la mañana, conforme movía mi pierna fuera de la cama para incorporarme, la vi, era una figura humana que me miraba desde el suelo, estaba sentada con las piernas cruzadas y apoyaba su espalda en la puerta de mi armario, tan pronto como pude reaccionar paré el movimiento de mi pierna e intenté simular que seguía dormida, estaba aterrorizada, pensé en gritar, pero no quería tener ningún comportamiento brusco que pudiera provocar una reacción más brusca aun, al fin y al cabo no sabía cuales eran sus intenciones, no tardó demasiados segundos en hablar desde mi fallido intento simular que estaba dormida.

Te noto inquieta, Her-ma-ni-ta — Dijo con un tono entre siniestro y cansado.

«No digais que, agotado su tesoro,

de asuntos falta, enmudeció la lira…»

«¿Quién salvará a este niño

menor que un grano de arena?»

Mientras viva un engañado, que empuñe

votos a vuestra merced

existirá un condenado jubilado,

un estudiante ahorcado

en las cuentas del PIB.

 

Por el chiquillo endeudado que a vivir comienza

con miedo, traído a la vida

creyendo pagar la deuda,

la yunta que le privatiza.

 

Esto es más que una declaración osada,

estos son los versos de mi alma

escarbando la corrupta postrera

luz de la justicia.

 

Podrá no haber ruido,

pero siempre habrá poesía.